sábado, 21 de abril de 2007

Triple A : Que el árbol no tape el bosque

Eva Troxler *
El 8 de agosto de 1974 se realizó una reunión del gabinete presidencial en la residencia oficial de Olivos. En la reunión, presidida por la entonces presidenta María Estela Martínez, decidieron sobre la vida de numerosos argentinos, entre ellas la de Julio Tomás Troxler. Decidieron impartir "justicia" y en forma pronta y muy didáctica se procedió a proyectar sobre una pantalla varias diapositivas con las imágenes de quienes serían "ajusticiados" por sus actividades "subversivas" o "antipatrióticas".
Una vez terminada la reunión presidencial, un ministro integrante del gabinete, espantado ante semejante espectáculo, decidió comunicarse con Julio Troxler para comunicarle y advertirle sobre su suerte. Le aconsejó ausentarse del país para salvar su vida, pero Julio no quiso. Argumentó que él no tenía nada que ver con esas denuncias, que estaba en condiciones de probar la inconsistencia de esos cargos infundados y que de su vida tanto pública como privada nada tenía que ocultar.
Semejante actitud heroica le costó muy caro, pues pocos días después, el 20 de septiembre de 1974, cayó asesinado en el barrio de Barracas por la organización terrorista Triple A, que reivindicó el hecho a través de comunicados enviados a los medios de comunicación.
Este y otros datos más forman parte de la denuncia que efectuara uno de los hermanos de Julio, Federico Guillermo Troxler, el 10 de enero de 1978 desde su exilio en la ciudad de México. Ante la falta de respuesta por parte de la justicia argentina, volvió a reiterar la denuncia, esta vez con fecha 31 de julio de ese mismo año y otra más el 11 de diciembre, como asimismo también elevara copias de la denuncia a los medios gráficos La Prensa, Clarín y La Nación con fecha 30 de enero de 1978; y los diarios El Patagónico el 4 de abril y Crónica el 10 de abril del mismo 1978, de Comodoro Rivadavia, ciudad de residencia de Federico Troxler hasta antes de estos hechos.
En la denuncia relata los pasos en la investigación que realizara Federico junto a otro hermano, Bernardo Ignacio Troxler. Ambos, en la necesidad de sentar constancias y en la búsqueda hasta las últimas consecuencias de los culpables del vil asesinato de su hermano Julio, y recurriendo a todas las instancias posibles, deciden hacer primero la denuncia policial pero se encuentraron con la negativa a recibirlos en la sede policial cercana al hecho negando inclusive lo sucedido.
Por tal motivo es que luego se dirigen con riesgo de sus vidas a la cueva del lobo, es decir a la Policía Federal donde fueron recibidos por el mismo Jefe de la repartición, comisario Alberto Villar. Durante la audiencia, Villar lo único que hacía era contestar con evasivas y burlarse de los denunciantes. Llegó a jactarse que no habían tenido tiempo de dedicarse al caso del asesinato de Julio y que posiblemente había sido la CIA la autora del hecho. Llegado a este nivel en la charla es que ambos hermanos le dicen a Villar que ellos sabían perfectamente que el asesinato había sido dispuesto en una reunión del gabinete presidencial.
Dos días después de esta audiencia, varios sujetos se apersonaron con la intención de detenerlos en la confitería "El Molino", frente al Congreso Nacional donde los hermanos estaban realizando gestiones con legisladores continuando con las investigaciones del asesinato.
A esta altura de las circunstancias, inmediatamente se dirigen a la Secretaría de Defensa, logrando ingresar ya que uno de los hermanos, Bernardo, es ex suboficial del ejército, dado de baja cuando el levantamiento militar del general Valle en 1956. Una vez dentro de las fauces de la bestia, y luego de mucho insistir, los reciben finalmente nada más y nada menos, que los generales Jorge Rafael Videla y Roberto Viola. En la audiencia expusieron y relataron los hechos solicitando además garantías, por el hecho de que estaban siendo perseguidos. Los generales, por supuesto, negaron todo aduciendo que "en el país había un gobierno legalmente constituido".
Pronta y finalmente, los hermanos dan su último recorrido, hasta llegar a la embajada mexicana a solicitar asilo político. Salieron del país rumbo a México el 4 de octubre de 1974.
Por último, en la denuncia Federico solicita a la Corte Suprema que ordene por donde corresponda a tomar declaración a todas las personas mencionadas en la denuncia, es decir, a los ex miembros del Gabinete Nacional, a la ex presidente María Estela Martínez, a Jorge Rafael Videla y a Roberto Viola y que se adopten todas las medidas sobre la investigación según surjan a través de las declaraciones que se tomen a las personas mencionadas . La causa finalmente quedó asentada en el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 5 de Buenos Aires, con número 2225.
Felicito que la causa por la Triple A se abra después de tantos años para hacer justicia ante tantos asesinatos impunes. Felicito que estén detrás de los matones mercenarios ejecutores y que se los encarcele. Pero los felicitaré aún más cuando hagan justicia con los autores intelectuales de esta organización siniestra y que aún están con vida y en sugestivo silencio y que tuvo como objetivo la eliminación sistemática de los mejores hombres y mujeres que dio el país. Fueron el camino de entrada para lo que luego realizara la dictadura de 1976. Fueron los cómplices para que se llevara el plan sistemático de desaparición de personas y desnacionalización económica y de mayor sometimiento nacional.
Quiero decir con esto que no nos quedemos sólo con una parte de la causa y con unos cuantos y nos perdamos de vista la profundidad de protagonistas ideólogos y cómplices, los que idearon con sus mentes perversas semejante accionar y de aquellos que sabiendo aún hoy callan teniendo mucho que contar.
9 de enero de 2007.
* Sobrina de Julio Troxler e hija de Federico.

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